viernes, 13 de diciembre de 2013

Como si los recuerdos murieran


Despierto, no es mi cuarto, ni siquiera es mi casa, ¿qué sucede? Veo a alguien alado mío, algo aquí está mal, bueno pensándolo bien no tan mal. Ella es linda, sus cabellos brillan con la luz de la luna que atraviesa por la ventana, ¿en qué estoy pensado? Trato de ver su rostro, no puedo y como si estuviera en unas arenas movedizas me hundo, me hundo en agujero sin fin, la veo alejarse, mientras siento que caigo en este hoyo infinito.

Despierto de golpe, creí que ya me había acostumbrado a estos sueños pero me equivoque, cojo mi celular para ver qué hora es, está apagado, tal vez deba ponerlo a cargar. Me muevo lentamente por el pasillo mientras los rayos del sol aparecen lentamente entre las casas que fácilmente puedo ver a través de mi ventana, recuerdo vagamente la última vez que me desperté tan temprano. Desayuno lo que encuentro y me voy directamente al sillón, desde que deje de estudiar por las mañanas no había desayunado ni una sola vez, me pongo a ver televisión, todo es aburrido o absurdo, malas noticias por todos lados, y mientras bostezo mis ojos se cierran para volverme a dormir.

Camino entre árboles y casas, me muevo entre personas y mascotas, respiro entre susurros y platicas, tropiezo entre algo suave y algo suave, ¿eh? Mi cuerpo tiempla, me alerta de que algo terrible esta por pasar o tal vez ya pasó, miro despacio hacia arriba, para ver dos ojos llenos de odio puro. –Rita yo… en verdad no tenía intención… yo… enserio- me coge del cuello de la camisa mientras en su brazo derecho se forma un puño letal, “este es mi fin, fue bueno vivir y conocer a tanta gente que me agrada, me despido de la gente que quiero, en manos de la persona que amo”  sin siquiera pensarlas, esas palabras salieron de mi boca, puede que sea en parte lo que siento, pero solo en parte, además no creo morir por solo un golpe de Rita. Ella se tranquiliza, nuevamente descubro una expresión que nunca vi en ella, se sonroja, odio mi maldita habilidad de arreglar las cosas con mentiras, bueno eso supongo que fue lo que paso esta vez, quiero decirle que no es verdad, ella se pone una mano en la boca, quiero saber por qué dije eso, ella mira a ambos lados, quiero pensar que tengo una salida de esto, su mirada se torna furiosa nuevamente, creo que se dio cuenta de que solo fue algo “por decir”, en estos momentos es cuando me doy cuenta que solo me acabo de provocarme más dolor, ella se está conteniendo, alguien me agarra del brazo y me jala en dirección al colegio, Rita sale corriendo de allí y la veo alejarse delante de nosotros, -gracias por salvarme Clara- , -de nada- me dice con una sonrisa, -ya puedes soltarme, no creo que vuelva- , y como si fuera un reflejo ella me suelta, veo sorpresa en su rostros sonrojado y nervioso, -vamos no es para tanto, ya estamos por llegar a la escuela-, le digo, ella asienta con la cabeza mientras sonríe y continuamos.

La noción del tiempo en el colegio es inestable, prácticamente se podría decir que hay alteraciones temporales a conveniencia en este lugar, cuando la aburrida clase de matemáticas o lenguaje está desarrollándose, el tiempo parece eterno, pero cuando la interesante clase de educación sexual, robótica y el mismo recreo están en el mejor momento, el tiempo se va volando, alguien debe de estar manipulando el tiempo, pienso con una cara de intriga, bueno sé que eso no puede ser verdad.

Bueno, como se habrán dado cuenta y si no se dieron cuenta se los digo, me gusta mucho la tecnología, tanto así que armé mi propio celular, le puse cosas que quería en él, y algunas las termine armando yo mismo, pocos saben de él y cómo fue que lo construí, pero es uno de mis más grandes logros hasta el momento, además de que logre que funcionara justo después de rendirme… yo… ¿Qué es esto? Justo cuando todo iba bien… me duele la cabeza, veo borroso, yo… siento que caigo, mi mente se nubla de nuevo, no, no de nuevo.

La sensaciones de preocupación inunda mi ser, esto pasaba muy seguido en las vacaciones, pero esta vez fue diferente, había logrado recordar casi el 80% de mi vida, y las veces anteriores solo olvidada momentos pero, al poco tiempo los recordaba, esta vez no solo olvide momentos, cuando desperté no tenía ni idea donde quedaba el baño de mi casa, esto apesta, que maldita enfermedad tengo que no me deja seguir con mi vida en paz, recuerdo poco el momento que se me nubló todo pero solo sé que no he sido yo por dos días, no tengo idea de lo que hice en ese periodo de tiempo, tal vez solo me quede aquí en casa durmiendo, quiero creer que es cierto, pero sé que no es así, no sé como pero sé que este no es el caso, la preocupación aumenta. Hoy es sábado, ni hoy ni mañana tengo clases, debo tratar de averiguar todo lo que pueda para saber lo que sucedió en estos dos días, porque cuando no soy yo el que elije mis decisiones, hiero a gente que quiero, y me alejo de la gente que amo, ¿cómo lo sé? Vivo solo en la casa de mis padres, ellos me abandonaron o yo les dije que se fueran, no lo sé, pero el hecho de estar solo aquí es triste para alguien que no tiene idea de cómo fue que se quedó solo.

Pensar en esas cosas me entristece, no soy de los que lloran fácilmente, pero hay quienes lloran sin lágrimas, mi vida es un juego que está jugando alguien más, tal vez sea un problema de doble personalidad, pero sé que esto terminara de la forma que no quiero.


Traté de averiguar que sucedió, no pude, no encuentro mi celular por ningún lado, ni siquiera recuerdo el comando que le puse al GPS para ubicarlo, ¿que demonios pasa? Esto terminara matándome, alguien toca la puerta, lo ignoro, estoy tirado en el suelo, mi alma está muriendo, las dudas me están matando, golpean más fuerte, veo una mirada entre las cortinas de la ventana, la palabra “plateada” viene a mi mente, mi cuerpo se mueve solo, abro la puerta solo para ser derribado, cada vez entiendo menos, hay alguien encima mío hablándome, bueno a decir verdad creo que me está gritando, me sacude con fuerza, -yo… no sé qué es lo que pasa, lo que sé es que no fui yo quien hizo esas cosas- digo casi fuera de mí,  ella se calma, su cabellos plateados brillan suavemente, me abraza, es reconfortante, siento la necesidad de hacer lo mismo, pareciera que me estuviera disculpando, -yo… ya no sé qué hacer, siento que cada vez tengo menos control de mi vida, soy como un títere a manos de un estúpido titiritero-, ella suelta una pequeña risa, -es  gracioso que tú lo digas, pero no te preocupes no hiciste nada malo, solo que no fuiste a clase estos dos días, y la primera vez que vine a buscarte no te encontré, luego te vi en un parque empapado por la lluvia, corrí hacia ti, pero no sé en qué momento volviste a desaparecer, sé que pasó algo, pero la verdad no me importa, solo prométeme que no desaparecerás de nuevo ¿sí?-, ella empieza a llorar ya no se ni como sentirme, veo esta situación como un dejavu, ¿sucedió algo así antes? Me pregunto mientras ella continua hablando, -no sabes lo mucho me que me dolió salir a buscarte  y no tener idea de dónde empezar a buscar, encontrarte, y cuando estaba por atraparte volviste a dejarme sola, no me dejes, no vuelvas a dejarme sola, lo prometiste ¿verdad? Que aunque todos se fueran tu nunca me dejarías, que ni siquiera yo podría alejarte de mí, hasta empecé a tratarte mal para ponerte a prueba, y cada vez que veía esa sonrisa en ti mientras caminábamos yo era feliz, luego se me hizo una costumbre molestarte constantemente y tu seguías conmigo, creí que había superado la soledad por completo, pero cuando llegue a la parada de bus y no llegabas me preocupe un poco, corrí al colegio y tampoco te encontré, pregunte por ti y nadie me dijo nada, parecía que habías dejado de existir, yo… tenía miedo, tenía miedo de que hayas roto tu promesa, la soledad desaparece cuando dos personas solitarias se juntan, esas palabras me salvaron, así que esta vez seré yo quien te salve- Rita me abraza cada vez más fuerte, el odio no era odio y la soledad desapareció totalmente, solo me queda seguir aun sin mis recuerdos, los cuales vendrán a mi después, y cuando el momento llegue, le diré a Rita lo que en verdad siento por ella, sé que no será pronto, aun debo recordar, no puedo hacer nada sin esos recuerdo que murieron, ya que sin ellos no soy yo, podría herirla si siquiera darme cuenta, o peor, que nuestra amistada acabe y volver a la soledad eterna, esa que cubre de un manto blanco lo gris, solo para recordarme que soy una mancha borrosa en un papel blanco sin fin.


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