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Por fin llegamos a la escuela, pareciera que la mitad de los estudiantes llegó tarde, y gracias a esto podemos pasar sin ser castigados o algo por el estilo.
Por fin llegamos a la escuela, pareciera que la mitad de los estudiantes llegó tarde, y gracias a esto podemos pasar sin ser castigados o algo por el estilo.
Como siempre, busco sentarme en las últimas mesas, me
molesta cuando los maestros se ponen a hacerte preguntas solo por sentarte un
poco adelante. Me relajo un poco, Kiara está sentada muy adelante mío, no tendré
con quien hablar, esto será un poco aburrido, terminan de llegar los últimos
alumnos, una chica se sienta nerviosa a lado mío, la ignoro y me acuesto sobre mis
brazos, tanto aburrimiento terminó dándome sueño. Mi celular empieza a vibrar
ahora que recuerdo alguien me llamaba mientras corría hacia la parada de buses.
Miro la pantalla, es un número desconocido, aun así le contesto. ¿Hola? …
¿Hola? … ¿Cortaron? Vuelvo a mirar la pantalla, el tiempo continua y la llamada
aún no se ha cortado, odio cuando pasa esto, le corto yo y vuelvo a poner mi
celular en mi bolsillo, llega el maestro, se pone a decirnos nuestros horarios
y que hacer que cada uno se presente. Esta es una escuela de solo secundaria y
de turno tarde, por lo cual todos los de primer año somos nuevos, es mi turno
de presentarme, trato de decir lo menos posible y me vuelvo a sentar.
Creí que esto sería más entretenido o algo así, pero no lo
es, tomo poca importancia a lo que hay a mi alrededor por lo cual siento que
poco a poco me voy aislando y me desconecto del mundo, todo será igual que
antes, el ciclo vuelve a empezar.
¿Eh? Escucho una voz y nombre familiares, levanto a la
mirada y lo veo, es el idiota de Glen (así se hace llamar por que odia su nombre)
Ahora lo recuerdo, nosotros tres dijimos que vendríamos a esta escuela, ¿cómo
pude olvidar algo así? Dan está sentado detrás de él, ambos me ven y se ríen
conmigo, al parecer este año no será tan aburrido como creí.
Nos reunimos en el recreo, hablamos, reímos, disfrutamos
estos momentos como antes de las vacaciones, cuando estábamos en primaria todo
parecía más simple, pero la madurez viene acompañada de problemas y
preocupaciones, no sé si es igual para todos pero creo que en esencia es algo
parecido. Y mientras hablamos sobre que hicimos en las vacaciones sale a flote
un tema del cual no suelo hablar mucho, me duele, al ver mi expresión cambian
de tema desesperadamente, es muy tarde, la depresión vino por mí de nuevo, y no
se ira por un buen tiempo, trato de calmarlos con una sonrisa falsa, de esas
que me salen tan bien y por la cual puedo asistir a clases sin que nadie se
preocupe demasiado, me despido de ellos, es hora de iniciar las clases
nuevamente, no entro al aula, como hace dos años cuando ese incidente ocurrió,
mi alma busca un lugar al cual escapar, si bien siempre tengo a alguien con
quien hablar, en el fondo me siento solo, y esta soledad que me aísla del mundo
es posiblemente la causa de que sea bueno encontrando esos lugares solitarios,
donde me es fácil escapar de la realidad, donde ella aún está a mi lado, donde
nunca nos separamos, donde pude disculparme a tiempo, donde le dije que iría
con ella, donde el pasado es el presente, donde el futuro aún no está escrito y
donde la promesa que le hice está vigente, no alejarme de ellas hasta que pueda
ver el mundo como yo, ver todo como yo lo veo, donde lo real y lo fantástico es
uno, ese lugar debo encontrar.
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